Se utiliza el concepto de contrato psicológico, para pensar la relación que existe entre el trabajo y la subjetividad. El contrato psicológico es el conjunto de expectativas implícitas entre individuo y organización. Mutua, porque se da entre ambas partes. Responde a un contrato de tipo informal y dinámico porque cambia según el momento vital.
Según la dialéctica que se da entre necesidad y satisfacción, podemos pensar en la metáfora de la persona trabajando como actor y como personaje. Y a la organización como instrumento o como dependencia.
Dice Schvarstein, la subjetividad en el trabajo es la relación que existe entre el actor y el personaje. El contrato psicológico constituye una expresión de su sentido de pertenencia a la organización.
El propone 4 escenas posibles en el escenario del trabajo.
Personaje/Necesidad "el trabajo que me disfraza, para ganarme la vida": aquí el personaje aparece como una necesidad del actor. No se involucra, sólo está allí por el poder remunerativo. La actitud es de tipo especulativa.
Personaje/Satisfacción "el trabajo que me gusta": el papel del personaje le genera satisfacción al actor porque es parte de su vocación. Hay transformación de lo real, creatividad en juego. Existe poder remunerativo y la actitud oscila entre moral y especulativa.
Actor/Satisfacción "el trabajo que me compromete moralmente": se requiere del compromiso íntegro del actor para desempeñar el papel del personaje. En general, el poder remunerativo no entra en juego. Este tipo de escena se relaciona con los trabajos de tipo social y/o político.
Actor/Necesidad "el trabajo que me encubre": estamos en el plano de la enfermedad psíquica. Aquí el personaje busca y encuentra al actor y éste está meramente para satisfacción del primero. No hay diálogo interno. (Cuando hablamos de Burn Out, dijimos que algunas personas con cargos jerárquicos podían llegar a tener una personalidad que hacía que presionaran y sometieran a las personas que tenían a cargo. ¿Será este un ejemplo de "el trabajo que me encubre?).
Fuente: Schvarstein, Leonardo y Leopold Luis (comps.): Trabajo y subjetividad: entre lo existente y lo necesario. Bs.As, Ed.Paidós, 1º ed (2005). Introducción y Cap.1.
la empresa familiar es un ámbito muy complejo, dónde deben conjugarse, en forma lo más armoniosamente posible, la convivencia de muchos miembros de una misma familia (no solo hermanos, sino también primos, o incluso familiares políticos), con toda la carga emocional que ello conlleva en un ámbito de desarrollo y realización personal como es una empresa; con los lógicos intereses económicos de la empresa misma.
ResponderEliminarSuele recomendarse que ambos aspectos (familia y negocio) sean separados todo lo que sea posible; desvinculando a los miembros de la familia de las funciones ejecutivas de la empresa. Bajo esta idea, los miembros de la familia delegarían las funciones ejecutivas en "managers" profesionales; y se limitarían a supervisar a la gerencia profesional desde el directorio o algún otro ámbito similar.
Todo bien. Esta parece ser la solución "de moda" que se recomienda habitualmente. Solo que, contratar una gerencia profesional cuesta plata; y muchas veces el tamaño o la rentabilidad del negocio de la empresa no es lo suficientemente grande como para pagar esta solución.
Qué hacer entonces ?. Cuando inevitablemente los miembros de la familia tiene que convivir diariamente en distintos puestos dentro de la misma organización. Cómo manejar las expectativas, los celos, la competencia....que muchas veces se da entre hermanos o primos que tienen las mismas aspiraciones, y en un ámbito tan formador de identidad como es la organización ......y cuanto se complica aún más el panorama cuando llegan sus respectivos maridos o mujeres .......que fertil y lindo terreno para la psicología organizacional....